
Qué zozobra, qué ironía, qué desidia, qué desilusión, qué hastío, qué aburrimiento. Y tal vez pase la vida sin pararse en un buen banco de una plaza cualquiera a fumarse un cigarro. Y es que estoy perdiendo el juicio, tengo el puño ya oxidado de tanto pegarle puñetazos al tejado...Y quisiera estar borracho y quisiera soñar menos, quisiera un minuto en que no te eche de menos. Y quisiera otra guitarra, y quisiera otra cabeza, quisiera estar alegre y quisiera la tristeza.
Charlot.
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