Se trata de esto. De este vacío en el pecho que se convierte en odio hacia sí mismo y hacia lo anterior. Es como si le pegasen una patada a la brújula de mi vida y lo cambiasen todo, las putas ilusiones y las mil palabras que me tengo que tragar y obligar a convertir en recuerdos. Y lo peor de todo es que la brújula cada vez se descoloca más fácilmente.
Y es que, es increíble, pero he tenido mi trocito de cielo en la tierra...o mi cachito de suerte, que me ha hecho acertar y bailar un rato con la felicidad. Unos ojos y una voz que me han enamorado y a los que solo me queda darles las gracias por llegar un día a mi vida, por escucharme, entenderme, soportarme, por ser tú y hacer que yo sea completamente yo, por cuidarme, completarme, por hacerme sentir especial en tu vida, porque hace un mes aun no te conocía y mira, gracias también porque no olvidaré esta "coña" que ha durado seis días, benditos ellos.
Mejor lo dejo, no voy a poder expresar lo que te quiero decir, y ni siquiera sé si alguien va a leer esto, aunque espero que tú lo hagas. Y verás, no tengo na mejor que hacer, estoy esperando el atardecer, aquí donde siempre y la cuestión que no me para de rondar la cabeza siempre es ¿Por qué? No creas que me gusta enloquecer (de esta forma) pero supongo que se trata de paranoias mentales retales de un tal Sigmund Freud, que estoy condenada a vagar por el infierno de mis pensamientos y a bajar al infierno cada cierto tiempo. Me es inevitable preguntarme si fue(ron) mi(s) decisión(es), y quiero tener cojones de quemar el libro de instrucciones e improvisar. Mientras encuentro la respuesta, prefiero acostarme y olvidarme de esta vida jodida tan cruel, pedir felicidad y buscar la verdad. Tú, que has hecho que sea menos cobarde, que salga del hogar de la soledad y no me conforme con esperarte en Marte, molas. Y yo seguiré intentando no ahogarme, por aquí la vida ya es difícil y solo estamos a (casi)martes, pero mi salvación es recordarte. Si te apetece una cerveza con limón, que no sé por qué cojones me recuerda tanto a ti, mándame un WhatsApp mental :)
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"Es más fácil llorar las palabras. Pero, ¿y la felicidad? Los días que vuelan porque cada segundo es perfecto. De esos días es más difícil hablar, quizá porque pasan tan pocas veces que preferimos aprovecharlos y dejar el recuerdo guardado bajo llave, por si algún día se vuelve en nuestra contra."
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