martes, 1 de noviembre de 2011

Mamarracha que solo busca huir de sus temores.

Tras leer "Bodas de sangre" me doy cuenta de la suerte que tenemos de nacer donde hemos nacido, crisis aparte.

Novia es obligada a casarse con Novio, ya que las tierras de Padre no están bien cultivadas, y Madre no tiene personas a disposición que cuiden las suyas. Leonardo, ex de Novia, acude a la boda, y provoca, provoca tanto que ambos recuerdan que están locos el uno por el otro. Y huyen. Para ser felices, que para mí, es el verdadero sentido de la vida. Lástima que lleguen Mendiga y Luna con ganas de justicia y vestidas de muerte. Novia acaba sin Novio, sin Leonardo y cubierta de sangre.

Un candado sellado sin amor está oxidado, y ya sabemos lo que pasa.

O será que se nota el paso del tiempo, que cierra las cicatrices del alma. Yo como soy discípula del viento, me siento a esperar que llegue la calma. Será que le doy demasiadas vueltas y mil veces caigo en la misma trampa, menos mal que ahora duermo a pierna suelta, yo nunca pierdo toda la esperanza.

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