Solo tengo ganas de que sea viernes, y ni siquiera estoy segura de ello. Un concierto improvisado, una buena compañía y un día fuera de casa son suficientes razones para aceptar. Tengo toda la noche por delante para aprender a diferenciar la Giralda de la torre de la Iglesia de San Martín. Quiero tener ganas pero mis ganas no tienen lo que quieren.
"Con los pies fríos no se piensa bien", y si el frío se adueña de todas tus extremidades, ni te cuento. Porque hablamos de ese
diciembre en el que
nunca nadie supo que hablaba con
eme de amor, de cómo perder el
miedo una tarde,
aunque sea un rato.
Estaba claro que no podíamos ser agua, que lo que sientes no puede verse desde aquí...
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