sábado, 20 de octubre de 2012

Lejos.

Echar de menos. Dice Jennifer que desde que me conoce vivo echando de menos, y me paro a pensar. 2008. Hola. Me gustas. Y tú, pero... Voy a ir a verte. Acuéstate, es tarde. Caroline...esto...felicidades. Vente a vivir conmigo. Lo siento. Gracias. Estoy enamorada. Tengo que colgar. Aunque me líes, yo contigo todo. Tu mirada me hace grande. ¿Dónde estás? ¿Por qué no apareces? ¿Qué ha pasado? Vete. Idiota. ¿Por qué? Te echo de menos.

2009. No sé que me pasa. Me estoy volviendo loca. Claro. Te estás pasando. No mientas. Hazlo por mí, por nosotros. No me odies, no me llores. Abrázame. ¿Por qué no me hablas? Me quiero ir. Déjame. No eres feliz. No os queréis. Haz como si no me conocieses. Os echo de menos.

2012. Te haré feliz. Te quiero. Te quiero a ti. Gracias por quererme. Dame un abrazo, te necesito. Ten cuidado. Me encanta cómo me miras. Sé qué va a pasar. Haz algo. ¿Me quieres? No te vaya todavía. ¿Te acuerdas de mí? Te echo de menos.

Las marcas que dejan los demás en ti no se advierten por cuanto los has querido, sino por cuanto los echas de menos. Jenny también me dice que luche, que el pasado no es pasado hasta que los dos pusieron el punto final, que las historias más tristes son las que se quedan a medias, que te retenga. Y yo le digo que no, que volver a mirarte es no tener el valor de mirar algo nuevo. Que no te quiero, pero que te echo de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario