miércoles, 17 de abril de 2013

¿Miedo a perder?

Yo creo que si nos arriesgamos, lo único que vamos a perder es la cuenta.

Me acuerdo de nuestro primer beso, de tu segundo “quédate” y de nuestra tercera cita. A partir de entonces empecé a perder la cuenta, y con ella, la cabeza.

También supiste despojarme de mis miedos y mi ropa. He perdido los nervios y los papeles y ya no quiero recuperarlos. Será que tengo un buen perder o que, cosas que perder, no me quedan muchas.

Ya sé que no se puede perder lo que no se tiene, y que tener es bastante simbólico. Por ahora, pactemos que tú te sigas perdiendo cada día por los recovecos de mi cuerpo y que yo te siga confesando lo mucho que me pierdes.

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